viernes, 2 de diciembre de 2011

NÓMADA

Sólo había una guitarra y yo era zurdo. Ese instrumento, que por aquel entonces me resultaba gigantesco en mi niñez, fue capaz de infundirme un tremendo respeto. Algo que hoy perdura...

Recuerdo que, a hurtadillas, conseguía robárselo a mi hermano y obviando mi zurdera, iba poco a poco desaprendiendo, adaptando el instinto en un ejercicio constante de supervivencia y desafío ante ese hechizante artilugio de madera y nylon que me interrogaba en silencio.


Con los años, aprendes cositas, atajos de estafador, algún que otro truco de barrio y te conviertes en un guitarrista no muy diestro que sigue preguntándose, al mirar atrás, cómo habría resultado su forma de tocar si lo hubiera hecho como le mostraba el cerebro, el corazón, la madre natura...

Hoy sólo queda la anécdota y uno se centra en componer, en crear. A diestro o a siniestro...





Aquel que ama la música nunca se desvincula de ella, porque es su vida, su fuente, lo demás llega sólo...

Han pasado unos cuantos años ya. Bien tocando en bandas con temas propios, bien versionando a algunos de los artistas que he escuchado desde mi infancia y fueron hilo musical de mi adolescencia. Años de carretera mercenaria, inventando la postura imposible en coches cargados de cachivaches, perdiendo neuronas, ganando kilómetros de endorfinas y cardenales, costeándome estudios que no sirvieron de mucho y haciéndome con guitarras, poquito a poco y con esfuerzo. Acordes, vivencias, instrumentos que me han hecho feliz, guitarras zurdas...


Amig@s que me quieren bien fueron escuchando en esa época canciones que iba guardando en un cajoncito, pues en ese tiempo, no tenían cabida en otro formato. Siempre me animaban a grabar, a sacarlas a la luz. Dicen, que uno sólo valora realmente su tierra cuando está lejos de ella, o cuando los espíritus de su pasado descansan allí. Tras regresar a Cádiz y arrastrar el bagaje de alguna que otra mudanza a las espaldas, se dieron las circunstancias para grabar esos temas furtivos y dar un giro al camino recorrido, iniciando así lo que tendría que desandar de nuevo, partiendo de cero y esta vez sólo, con una guitarra y un disco autoproducido debajo del brazo. 

De todos esos años lo único que queda en formato oficial es ese trabajo, "Nómada", que poco tiene que ver con mi pasado, o mucho...según se mire.




Con ésto se cierra una etapa, un ciclo vital. O quizá más bien, se dejen aquí entreabiertas las rendijas de la música, sellada en un disco, espero, ajeno a las leyes del tiempo, pues esa era la intención. Ahí quedó en las plataformas digitales, aunque a mi entender, siempre encerrará mayores matices el formato físico en el que lo edité y del que conservo aún, para los que estéis interesados algunos cds, (pocos), de la última edición. 

Doy desde aquí las gracias a la gran familia de artistas y personas que he ido conociendo a lo largo de estos años y que han formado parte de esta historia que termina, o que empieza de nuevo... Me gustaría mencionar especialmente a Almudena, por haberme regalado y pintado el retrato al óleo que da sentido a la portada.  Es necesario haceros saber desde aquí, de su arte hiperrealista, pues mucha gente cree que se trata de una foto... Tremenda pintora.

Sólo espero que el paso de los años trate a "Nómada" con suavidad. Hoy, curiosamente aparecen nuevas encrucijadas que me hacen sonreir ante la vigencia de los textos, y creo que es síntoma de que puedo seguir rescantándolas y cantándolas siempre que me aguanten los huesos. 

Esta es mi historia, tu historia. Nuestro "Diario de Viaje".



De alguna manera indescifrable caminamos juntos...
Hasta el año que viene.
Salud.